Caracas, 6 de noviembre de 1935

Señor Rafael Caldera R.

Pte.

Muy estimado amigo:

Había tardado hasta hoy en darle las gracias por el envío de su ensayo sobre D. Andrés Bello,  porque sólo al hojearlo el día que lo recibí me di cuenta de que un trabajo tan serio merecía una opinión reflexiva y sincera y no una mera felicitación formalista.

Hoy sí puedo felicitarlo como yo deseaba hacerlo, y más todavía: con el entusiasmo de haber sido gratamente sorprendido por una obra que supera lo que yo esperaba. Ni la juventud de Ud., ni el poco estímulo que se encuentra entre nosotros para labores semejantes, ni la ocasión de ésta (un premio académico, que sólo por excepción se discierne como en este caso, con justicia) me prometían lo que he encontrado en su trabajo: método, estudio asiduo, capacidad de observación y de crítica, compenetración con la obra y el carácter del gran civilizador americano, y un estilo adecuado. En suma, un conjunto de cualidades que muy pocos logran reunir; aún en edad madura.

Un abrazo cordial. Su affmo.,

Augusto Mijares (fdo.)