Palabras en la sesión de clausura VI Congreso Latinoamericano de Sociología
Palabras de Rafael Caldera en su condición de presidente del VI Congreso Latinoamericano de Sociología, realizado en Caracas entre el 7 y el 14 de abril de 1961.
Señor presidente de la República, Señor presidente de la Corte Suprema de Justicia, Su Eminencia Cardenal Quintero, arzobispo de Caracas; señor Vicerrector de la Universidad Central de Venezuela, señor Rector de la Universidad del Zulia, señor ministro de Relaciones Exteriores, señores delegados:
Viene el VI Congreso Latinoamericano de Sociología a clausurar sus sesiones en el Paraninfo del Palacio de las Academias de la Vieja Universidad Central. Los claustros franciscanos, las estatuas de Vargas y Carvajal, la tribuna de la declaración de independencia del pueblo venezolano, enaltecen el acto final.
El Congreso ha trabajado con tesón y método. Las contribuciones de Comisiones y Mesas tienen un valor considerable en el avance de nuestros estudios sociológicos. La concurrencia de invitados especiales de institutos afines ha servido de estímulo en nuestro trabajo y ellos pueden dar testimonio de que los estudios sociológicos, sin jactancia ni pretensiones, pueden presentar obra y propósito dignos de recibir estímulo, consejo y ayuda saludable. Hay más motivos para el optimismo que para el pensamiento. Su desarrollo en ambiente de amplitud, comprensión y cordialidad en todas las reuniones, a pesar de que en ocasiones los mismos temas se prestaron a controversia, dan prueba del sano juicio y la buena intención de todos los intervinientes. Hubo oídos para todas las voces y reflexión para meditar sobre todos los puntos.
Se provechó la colaboración de diferentes entidades y personas. Para todas ellas, para todos los que hicieron posible el éxito de la reunión reitero, en nombre del Congreso, mi más profundo agradecimiento.
La asistencia del señor presidente de la República ha actuado como una clausura es una muestra de interés con que todo el país, comenzando por su Gobierno, siguió el trabajo del Congreso. Y es que cuando se tiene la conciencia de que se debe al pueblo el ejercicio del poder, se desea conocer lo que la intención ofrece al gobernante; Recibir de los científicos la interpretación más exacta, para seguir ejerciendo este poder por vía segura y rendir todo lo posible en beneficio colectivo. Reciba el señor presidente la palabra de gratitud que expresan por mi boca todos los integrantes del VI Congreso Latinoamericano de Sociología.
Nos complace sobremanera anunciar que hemos fijado la ciudad de Bogotá como punto para el próximo Congreso.
Se rinde así un testimonio de reconocimiento a los trabajos de investigación sociológica que se adelanta con brillo en la hermana república.
Es mi deseo que los colegas, al regresar a sus patrias, se lleven gratas impresiones de la nuestra; disimularán errores, perdonarán omisiones, olvidarán todo lo que ha podido incomodarles; que guardarán, como recuerdos, los más gratos de Caracas, Maracaibo y Mérida, y estarán seguros de que, en la tierra de Miranda, de Bolívar y de Bello, gozarán siempre de la mayor admiración y aprecio.