Santiago, 5 de setiembre de 1964

Señor Dr.

Rafael Caldera

Caracas

Estimado Jefe y amigo:

Los cables supongo les habrán enterado debidamente de los resultados electorales y del éxito arrollador de Frei. Las cifras oficiales definitivas casi porque faltan apenas unas mesas que no alteran el fondo, son las siguientes: Frei 1.404.800, Allende, 975.210, Durán, 124.764. En blanco 7.403 y nulos 15.330. Por cierto, que muchos votos nulos eran ostensiblemente de Frei debido a una campaña realizada por la gente de Allende en la cual se decía que como era el 2 el número, había que hacer la crucecita de selección con dos rayitas. El gobierno declaró a las 3,55 am, hoy, que Frei ganaba por mayoría absoluta, lo cual es muy importante porque permite ratificar la línea de iniciación del gobierno sin combinaciones o pactos con nadie.

La diferencia de 430.000 votos a favor de Frei es realmente un poco inesperada aun para los más allegados al comando. Se sabía que se ganaba pero el margen no se estimaba tan grande. Es cierto que habían declarado que sería superior a los cuatrocientos mil votos la ventaja, pero no era a mi juicio más que publicidad. Los más optimistas hablan de 300.000. Las últimas horas fueron decisivas para inclinar un sector de masa arrastrada antes por el radicalismo que, a mi juicio, se volcó por Frei y contribuyó a garantir este hermoso resultado.

El día electoral fue realmente imponente por la seriedad, orden y circunspección reinantes. Las manifestaciones posteriores al triunfo fueron imponentes. Frente a la DC se reunieron más de sesenta mil personas ante las cuales habló Frei en un discurso muy sobrio que supongo los cables hayan trasmitido. En síntesis: gracias por el apoyo y ratificación de que no tiene más compromisos que cumplir el programa propuesto para beneficio del pueblo. Hay evidentemente un sentido distinto de ver las cosas: aquella multitud eufórica de vino, con conjuntos musicales, banderas, cohetes, etc., al recibir la orden de Frei de dispersarse lo hizo en tiempo más o menos rápido, quedando –claro está- dispersa durante toda la noche por la ciudad hasta tal punto que a la hora de escribir esta carta (10 am) frente a mi cuarto está un conjunto bailando cuecas y gritando Frei si, otro no. Pero sin desorden y con gran respeto. Yo tuve la sensación de que la gente al saber el triunfo de Frei se sintió aliviada de un peso enorme y salió a la calle, sin frenos, a expresar su alegría. La manifestación fue grandiosa, pero más lo era ver como en cada calle, esquina, casa, aun de las poblaciones más alejadas –que recorrimos- había un espíritu de fiesta excelente. Creo que la liberación y seguridad que se sintieron dio cauce a esa demostración que estimo inusitada aun en países más cumbancheros que éste.

Del otro lado la situación fue más o menos igual. En el comando de Allende se concentraron unas diez mil personas. Ante ellas a las 9 de la noche el candidato habló en forma, a mi juicio, excelente, con gran entereza y nobleza que luego perdió en una declaración oficial que le acompaño. En ese discurso improvisado y quizás antes de la consulta partidista, Allende fue generoso: reconoció la derrota y deseó éxito, expresando que sólo oficialmente hablarían a las once cuando se tuvieran los resultados.

Es muy importante estudiar el cuadro de provincias que le acompaño. El arrope de Santiago y el empujón de Valparaíso fueron decisivos, mientras Allende donde ganó, salvo en Concepción, lo hizo por márgenes muy estrechos. Lo de Concepción, sin embargo, se comenzó en provincias pequeñas con creces. Nuble y Cautín, por ejemplo, emparejaron ellas solas a Concepción. Es decir que, aunque los márgenes hubieran sido menores en Valparaíso y Santiago, como se esperaba, se hubiera ganado con margen holgado. En las provincias allendistas fue el voto femenino más importante que en otros sitios porque fue a base de él como se logró establecer ese indispensable equilibrio. En el resto del país las mujeres votaron abrumadoramente por Frei y han sido evidentemente un factor de triunfo excepcional. Yo creo que el voto femenino fue más del 66% para Frei lo cual es el golpe más duro ara el donjuanismo reconocido del Chicho. Hay hechos anecdóticos interesantes con respecto a esto: anoche todas las radios destacaron el hecho de cómo ganó Frei en la mesa donde debió votar Irene: Allende, 32, Frei 171, Durán 15. Y así fue, más o menos sin tanto margen, en el resto de las votaciones femeninas. Además, territorios Allendistas reconocidos como San Miguel en Santiago, les fueron ganados, con base al voto femenino.

Guillermo y yo nos pusimos a trabajar para lograr una entrevista exclusiva para Venezuela con base a un cuestionario que nos interesara para evitar posibles y posteriores especulaciones. Ese cuestionario y la entrevista fueron hechas por Guillermo, aunque mañana debe aparecer en El Nacional, firmada por Montes de Oca. Creo que es mejor así y de paso más conveniente porque no se nos puede atribuir vinculación con ella.

El día lo pasamos entre el Comando, el Partido y las mesas de votación. En la tarde, a las 6, cuando ya era clara la tendencia, nos fuimos a comer a la Embajada donde encontramos al inefable señor Rey, comiéndose un cable de la calentera que tenía. Esos adecos «pistolas» creyendo que ganaba Allende, me dijo, pero lo grave es que él también lo creía porque le apostó veinte dólares a Guillermo, quien de paso se ganó cien, porque hizo otras apuestas. Veremos si se las pagan. La cara y actitudes de Luis Esteban eran un drama… gozamos un puyero mamándole el gallo.

Después a las 11 nos fuimos a la casa de Frei para saludarlo y felicitarlo. Luis Esteban se incorporó al grupo y no podíamos decirle que no fuera. En el fondo estuvo bien porque se debió haber dado cuenta de la deferencia con que nos recibió Frei, quien dejó al Ministro del Interior para venir a hablar conmigo como un cuarto de hora en un salón de entrada. En esa entrevista me ratificó expresamente su admiración y respeto hacia Ud. «Quiero decirte, una vez más, que soy amigo de Uds. Franca y lealmente, sin esguinces». «En América, el hombre que yo más admiro es a Rafael Caldera», etc. Lo demás, fue contándome cosas del día, de su emoción, su responsabilidad, Irene, etc. Me dijo que el lunes le contestaba su carta y que a mi regreso de Buenos Aires el otro lunes, almorzaríamos juntos. Esto es, a mi juicio, importante: cualquier cosa escribir a la casilla de Carranza donde puedo encontrar la carta.

Con relación a su viaje a Europa quiero informarle de algo que creo urgente porque a lo mejor conviene una visita suya a Alemania en esta misma oportunidad. Hacia el 20 de este mes parten a Europa Marfán, Presidente del Comando Electoral de Frei, Ahumada y probablemente Tomás Reyes. Los dos primeros van en gestiones pre-gobierno y Tomás a precisar ayuda. La euforia del triunfo puede dejarnos en la vía. Este dato es muy secreto y lo hemos obtenido a través de una infidencia que captó Máspero y yo luego confirmé discretamente por otra vía. Este Álvaro Marfán es hombre de gran valimiento cerca de Frei, pues lo llaman el «Administrador de la Victoria» y Frei anoche me habló maravillas de él, de su dedicación, capacidad y tenacidad, sobre todo de su capacidad organizativa. Es economista muy bueno y fue quien estructuró la organización de la campaña. Me he hecho muy amigo de él.

Bueno, Jefe, no creo que haya más nada por ahora, salvo que Salgado regresa conmigo mañana a Buenos Aires y el lunes daremos los últimos detalles para la impresión del libro. El viaje de ellos a Venezuela se pospuso por lo que, al recibir la carta, sería conveniente remitirles el libro corregido a Salgado para que proceda. Sobre esto le escribiré en detalle desde Buenos Aires.

Un gran abrazo para Ud. y demás compañeros del C.N.

María Elena envía a Doña Alicia y Mireya sus mejores recuerdos.

Afmo.

(fdo) Enrique Acevedo Berti