Dejo salir toda mi espontaneidad en estas palabras de agradecimiento a su expresión de solidaridad en momentos en que el asombro ante la desaparición de Mamá nos sumió en la fantasía del abandono y de la soledad y en la más profunda tristeza.

Las sabias sociedades, a pesar de sus ritos funcionales, parecen incapaces de prepararnos para asumir la carencia de los seres que amamos. No obstante, la especial manera suya de haber estado presente entre nosotros, no sólo refleja la trascendencia de su condición humana más allá de su posición histórica, sino que nos ratifica en el valor de la amistad y de la generosidad de los seres depositarios de nuestro afecto.

William y mis hermanos se unen a mí para agradecerle a ud., a Alicia, a Mireya y a Cecilia sus generosas palabras.

Su amiga,