Alicia Pietri de Caldera en su despacho de La Casona.

Alicia Pietri de Caldera en su despacho de La Casona.

Las tareas realizadas constituyen una base firme para emprender animosamente las tareas venideras

Exposición de Alicia Pietri de Caldera ante el Consejo Asesor de la Fundación Festival del Niño al entregar la presidencia de la misma, el 17 de abril de 1974.

– Dejo en marcha todo el proceso para que el Plan Vacacional pueda repetirse este año con 40.000 vacacionistas.

– El día del niño, el Plan Vacacional, el día del niño hospitalizado, Páginas para Imaginar, Sopotocientos, Parques de Bolsillo y los Mini-campos de béisbol han sido posibles gracias a la colaboración de toda la colectividad.

– Le deseo el mayor de los éxitos a la nueva junta directiva presidida por la señora Blanca Rodríguez de Pérez.

El 29 de junio de 1969, como consecuencia de haber asumido mi esposo la Presidencia de la República el 11 de marzo de aquel mismo año, recibí de la señora Menca de Leoni, de grata memoria, la presidencia de la Fundación Festival del Niño. Para aquel momento, poco conocía el funcionamiento de la entidad pero tenía clara conciencia del noble propósito que la inspiraba, de su finalidad primordial, que –como su nombre lo indica- era la de llevar alegría y felicidad en toda la medida posible a los niños de Venezuela, así como de la amplia receptividad que la noble iniciativa de Menca había obtenido en los más variados ambientes de la vida nacional.

Comprendí que nada mejor podía hacer al servicio del pueblo venezolano que poner todo mi empeño en fortalecer el carácter institucional de la Fundación, ampliar sus programas y solicitar afanosamente la colaboración de todos los sectores para que fueran cada día más variadas sus actividades y más permanentes sus tareas en favor de la infancia.

Aun antes de asumir aquella responsabilidad, había meditado sobre la importancia y viabilidad de un Programa Vacacional, dedicado a los hijos de personas de escasos ingresos, orientado a fomentar el conocimiento práctico de la geografía venezolana, así como a ofrecer estímulo, recreación y salud a los niños que en él participaran. Llegué al Festival del Niño con la determinación de que ésa fuera la primera iniciativa incorporada a la actividad de la Fundación bajo mi presidencia, y obtuve la colaboración necesaria para lanzarnos a proporcionar una temporada vacacional a 5.000 niños de todas las entidades federales, en el propio año de 1969, con la cooperación valiosa  de la División de Recreación Dirigida del Consejo Venezolano del Niño y de todos los maestros que supieron apreciar la importancia y significación del programa.

El éxito obtenido demandó y garantizó el crecimiento del Plan Vacacional. En 1970 fueron 10.000 los niños participantes en él; en 1971, 20.000; en 1972, 30.000, y en 1973 se alcanzó la cifra de 40.000 niños, con lo cual un número de 105.000 niños disfrutaron durante el quinquenio unos días de felicidad y aprendieron a conocer y amar más su país. Debo informar que ya está en marcha todo el proceso previsto en el Manual de Operaciones de la Fundación, para que el programa pueda repetirse en 1974 con otros 40.000 vacacionistas.

El emocionante resultado del Plan Vacacional constituyó un verdadero aliciente para seguir emprendiendo nuevos programas en el Festival. El día del niño fue extendido a todos los barrios del área metropolitana y a todas las poblaciones de la República. Se le hizo preceder cada año por una Semana de Arte y Cultura, a través del cual, centenares de miles de espíritus infantiles tomaron contacto formal con las artes plásticas y con la música, mediante visitas guiadas a museos, conciertos y espectáculos especialmente preparados y explicados para suscitar el interés de los niños. Se estableció el Día del niño hospitalizado, para dar una jornada de goce a los enfermitos que, por hallarse sometidos a atención hospitalaria, no podían participar en los mismos actos que los demás.

Se creó una serie de libros de lectura con el título matriz de Páginas para Imaginar, en la cual se logró la participación de plumas muy calificadas, al mismo tiempo que se promovió la incorporación de escritores nuevos a este género literario, y se usaron incentivos para estimular en los niños lectores el mayor aprovechamiento de su contenido.

Se dio calor a la idea de un programa televisado de educación pre-escolar, producido por Educatel, entidad en la cual participaron, además del Festival del Niño, personas y entidades públicas y privadas, cuyo aporte me es grato de nuevo en esta oportunidad destacar y agradecer: con este esfuerzo conjunto logramos presentar la serie denominada Sopotocientos, acogida con entusiasmo y provecho por los niños y por las madres de todos los niveles sociales, y premiada con galardones muy estimados, que se le otorgaron como el programa infantil televisado de más alta calidad y de mayor audiencia.

Para cubrir otra área de gran necesidad, la del espacio físico para la recreación, se construyeron 850 Parques de Bolsillo, en pequeños terrenos que habían estado abandonados, convirtiendo antiguos basureros o desechos en sitios de recreo; y se emprendió, como la más reciente iniciativa, la de los Mini-campos de Béisbol, cuya multiplicación futura ofrecerá estupendas posibilidades en las categorías infantiles al deporte más popular de nuestra gente.

El Informe que leerá la Secretaria Ejecutiva de la Fundación contiene información más detallada de la labor cumplida. No debo, por ello, extenderme en esta breve reseña. Sólo quiero añadir que los programas puestos en marcha, pese a requerir cada vez mayor dedicación de tiempo y servicio por parte del personal de la Fundación, se hicieron con un mínimo de burocracia. Ninguno de los miembros de la Directiva, que con tanto celo y eficiencia han trabajado todos estos años y cuya devoción y lealtad no podré nunca agradecer bastante, ha recibido ninguna remuneración, directa ni indirecta; el personal fijo ha tenido retribuciones modestas y se ha esforzado en rendir más allá de toda medida; y el número de colaboradores gratuitos fue creciendo sin que por ello disminuyera su eficiencia, por lo que quiero reiterarles en este instante mi profundo reconocimiento.

Es bueno observar que jamás se desatendió una solicitud de colaboración para obras destinadas a favorecer la infancia, haciendo lo máximo posible, dentro de los alcances de la Fundación; y advertir que se dio a ésta una organización administrativa muy competente y que se mantuvo permanente preocupación por recoger experiencias y formalizar procedimientos, facilitando el que puedan continuar sin interrupción y aumentar a través de los períodos subsiguientes.

La labor cumplida es el resultado de la cooperación de innumerables personas y entidades, civiles y militares, a las cuales se hace público reconocimiento en el Informe que será leído por la Secretaria Ejecutiva. Sin esa participación no habría sido posible obtener los frutos logrados. Mi honda gratitud hacia ellos, así como hacia los medios de comunicación social por su desinteresada y constante receptividad, compartida por los niños y las madres de nuestra querida patria.

En el vasto campo que se abre ante los ojos de quienes sienten con amor el futuro de Venezuela, hay muchísimas posibilidades por acometer y necesidades innumerables por atender; pero las etapas realizadas constituyen una base firme para emprender animosamente las tareas venideras.

Estoy segura de que la señora Pérez, al recibir en su condición de nueva Primera Dama de la República la Presidencia de la Fundación Festival del Niño que en este acto le trasmito, se haya animada por el deseo más generoso de corresponder a los anhelos y esperanzas de las madres de todas las regiones de la República. Le aseguro que la sonrisa indeleble de los niños florecerá ante cada acción cumplida en su favor y será también para ella la más pura recompensa, a la vez que acicate. Le deseo el mayor éxito en sus actividades, lo mismo que a las distinguidas personas que la acompañarán en sus tareas.

Doy gracias a Dios por su protección durante los años transcurridos, y le pido bendiga las acciones que a través de la Fundación Festival del Niño sigan cumpliendo las mujeres y hombres de buena voluntad a quienes toca ahora dirigirla, al servicio de la infancia venezolana.

Muchas gracias.