Caracas, 23 de agosto de 1985

Señor

Dr. Rafael Caldera

Entrega personal.

Muy estimado y distinguido amigo:

Como le informé a Alejandro Graterol y a usted por intermedio de su hijo Juan José, tenía previsto asistir al acto del Centenario de su ilustre padre Dr. Tomás Liscano y había tomado las providencias para hacerlo (reservaciones, etc.).

Pero lamentablemente un compromiso de asunto a mi directo cargo, de última hora, pero absolutamente impostergable e indeclinable para mí, me obliga a estar en Caracas a primera hora del miércoles 28, impidiéndome acompañarle en el acto central del homenaje al Dr. Liscano. Me mortifica no estar allí, pues creo de la mayor justicia el homenaje a su señor padre, cuya vida ejemplar justifica el homenaje, y quien por cierto fue buen amigo de mi padre quien le tenía alto aprecio, y cuyos méritos serán notablemente resaltados por nuestro común amigo el Dr. Alejandro Graterol Marín.

Siento también no oír al amigo y socio Alejandro Graterol en su discurso de orden, quien me ha hecho infidencias de parte de su contenido y de lo cual colijo que ha hecho los méritos correspondientes a la alta misión que se le encomendó, con dedicación y elocuencia y sentimiento y aprecio a la figura del homenajeado.

No menos importante es la distinción que personalmente se le hace a usted en esta ocasión que debe ser memorable. Una vez más me solidarizo con usted.

Reciba la expresión de los más altos sentimientos de consideración y afecto, de su atento y apreciador amigo,

(fdo) Manuel Acedo Mendoza