Caracas: 15 de mayo de 1939.
Illmo. Mons. Dr. GREGORIO ADAM,
Valencia
Mi querido Monseñor Adam:
Vivamente le agradecimos en casa sus afectuosos telegramas de felicitación, que fueron los primeros que recibimos con motivo de mi grado.
Esperaba cumplir los últimos requisitos que me faltaban por llenar, para expresarle cuánto apreciamos su recuerdo, siempre amable y cordial; y para ponerme a sus órdenes en mi vida profesional, a la vez que ratificarle la promesa de mantenerme siempre fiel a los ideales por los cuales he luchado y seguiré luchando.
Mi papá y mi mamá se me unen para enviarle un abrazo, con sus mejores recuerdos.
Bendiga a su affmo.,