Rafael Caldera, el sentido de la política
Por Jesús Mazzei Alfonzo
Hoy deseo compartir con mis apreciados lectores, su faceta de Statemanship al cumplirse el próximo lunes 106 años de su nacimiento. Caldera, tuvo un claro sentido de estado y del poder, de su conducción y del sentido de las proporciones, que de él derivaban, tenía un claro sentido de lo que era la política, no sólo como el arte de lo posible, la ciencia de lo relativo sino, además, un arte, o como lo expresó en una conferencia magistral para los politólogos en 1984, el 13 de abril, «… para hacer una cosa hay que conocerla y ustedes son los que pueden y deben inspirar a los que dentro de la acción tratan de alcanzar lo posible sino como lo expresa una frase muy calvanista, por cierto es lo de hacer posible el ideal, hacer posible la aspiración la noble aspiración y para hacer posible hay que tener conocimiento profundo de la realidad, hay que tener conocimiento exacto de la naturaleza humana, hay que tener na idea, una noción clara de lo que la gente desea, aspira y de cómo la gente reacciona, y de allí en qué medida en los medios, el medio social se hace más complejo a medida que las poblaciones aumenten, a medida que la técnica influye más en las acciones humana, es más necesaria la ciencia de la política, ciencia de la política que se inspira en el análisis y valoración de los hechos pasados, en el análisis histórico de los grandes acontecimientos en el mundo y en nuestro país, pero evidentemente tiene que tener sobre todo, un aspecto actual del conocimiento de la realidad inmediata y de las perspectivas futuras a corto, mediano y largo plazo…»
El político es un hombre de acción, y por ello, requiere equiparse de adecuados instrumentos conceptuales para una mejor comprensión de la realidad, de los fenómenos políticos y la resolución de ellos. Hay una relación entre conocimiento, formulación de políticas y sentido de poder. Del maestro de la ciencia política en Venezuela, como lo fue el Dr. Manuel García Pelayo, tomo su categorización de las cualidades de un político: 1) saber qué se quiere o conciencia de finalidad; 2) saber qué se puede o conciencia de posibilidad; 3) saber qué hay que hacer o conocimiento de la instrumentalidad; 4) saber cuándo hay que hacerlo o sentido de oportunidad y 5) saber cómo hay que hacerlo o sentido de la razonabilidad.
La conciencia de finalidad es saber qué objetivos se quieren lograr en la lucha política, cómo se lograrán esos objetivos, cuáles serán los medios, qué herramientas se utilizarán. La conciencia de posibilidad es saber los márgenes de acierto, límites y qué margen de aciertos se pueden permitir para tener una carrera política exitosa, o una gestión gubernamental eficiente en el ejercicio del gobierno, lo tercero es que hay que tener conocimiento de la instrumentalidad. Son estas las herramientas que tenemos al alcance: liderazgo, gestión pública, organizaciones partidistas etc., que nos dan la posibilidad de contar con elementos para la actividad política. El cuarto factor, es el sentido de la oportunidad, es conocer ese momentum mediante actos de liderazgo y acciones políticas concretas que no solamente nos ponen en el tapete de la política, sino en mantenernos allí con credibilidad, auctoritas (capital político) y acciones gubernativas en la cima de la vida pública, le hacen mejorar sus ventajas competitivas.
Por último, cómo hay que hacerlo, en palabras de Don Manuel: con sentido de razonabilidad, se realiza en un acto de liderazgo, con una decisión, un discurso brillante y coherente, o la palabra oportuna que le dé sentido de dirección a los actos políticos en un contexto determinado. Manuel García-Pelayo hace la salvedad que estas cualidades no son producidas solamente por la formación teórica que es importante, pero no suficiente, son innatas al líder político, la formación y la experiencia las complementarán, en una carrera política que puede ser exitosa o efímera. Puede esfumarse en un paso mal dado por un cálculo o juicio no evaluado o apreciado correctamente.
En ese sentido como observamos, Rafael Caldera fue un venezolano excepcional, dotado de una inteligencia privilegiada y de una obra intelectual importante, cubrió más de medio siglo de acción pública en la Venezuela contemporánea, en forma honesta y eficiente.
Caldera, supo cumplir cabalmente las premisas del buen gobernante, es decir, tomar decisiones, interactuar con los ministros, con altos funcionarios de la administración pública que él designó, llevar a cabo reuniones de Consejo de Ministros, conducción y negociación al interno fueron a mi manera de ver los elementos complejos y dinámicos, de entender y comprender, reflexionar, sobre el arte de gobernar, otra cualidad saberse rodear y acompañar en esta compleja y difícil tarea. Caldera, como gobernante tuvo actitud prudente y serena para manejar los temas de gobierno, visión estratégica, experiencia y conocimiento internacional y capacidad de juicio probada. Englobó lo político, el ámbito de toma de decisiones políticas y seguimiento administrativo; la administración pública hacia la innovación elástica y estar en permanente actualización rumbo hacia la realización de propuestas y planes de acción.
Es un político dentro de lo que se denomina líder tradicional legal, con un estilo democrático, que actuó dentro de una institucionalidad por él creada y alentada, vinculada a la idea de auctoritas, que posee una serie de cualidades morales, intelectuales y políticas. Supo ocupar su posición enfrentando acontecimientos y factores políticos, interpretando adecuadamente cada momento en que le tocó actuar. Gozó siempre de una alta credibilidad en la sociedad venezolana, que lo vio como un estadista. Creyó en la ingeniería social, armado de robustas convicciones ideológicas, con realismo y nunca soñó en la perfección de los profetas o manipuladores de la política. Tuvo una visión de la política basada en el orden, enmarcado en los límites y potencialidades de la acción. Sus diversos actos de liderazgo a través de la historia se dirigen a la creación de mecanismos, salidas viables y factibles en las diversas situaciones que vivió el país (recordemos la propuesta de reforma constitucional del año 1992). Por ello, es una fecha para estudiar y analizar en lo positivo de su sentido y accionar político.