Caldera desde la UNE
Por Adel Muhammad Tineo
La generación que en enero de 1946 funda a Copei proviene básicamente de 1936: Rafael Caldera, Lorenzo Fernández, Nectario Andrade Labarca, Pedro Espinoza Viloria, Ignacio Bellera, Víctor Giménez Landínez, Miguel Ángel Landáez, Rogelio Valladares, Hugo Parra León, Elio Suárez Romero, Carlos Febres Pobeda, Luis Alejandro González, J.M. Pérez Coronel, Ambrosio Perera, Henry Castillo Pinto, Eduardo Fleury Cuello.
Junta a personas mayores como Pedro Del Corral y Patrocinio Peñuela. Y junto a jóvenes que ingresan a la política entre 1940 y 1945 (José Antonio Pérez Díaz, Luis Herrera Campíns, Godofredo González, Edecio La Riva Araujo, Alberto Silva Guillén, Rafael Ángel Cartaya, Eduardo Tamayo Gascue, Ciro Perozo Zambrano, Andrés Sucre, Rafael Jacobo Alfonzo Guzmán, Pedro José Dib, Francisco Zapata Luigi, Henry Antoni, Rafito Baralt Acosta).
Dos veces Presidente de la República por elección popular, el Dr. Caldera (San Felipe, 1916/Caracas, 2009) ha dejado su marca en dos siglos. Desde la adolescencia ejerció un sobresaliente liderazgo, cuando en 1936 está entre los fundadores de la Unión Nacional Estudiantil (UNE).
La ruptura en la Federación de Estudiantes de Venezuela (FEV), de la que nace la UNE, se produce en mayo de 1936. La controversia fulminante en la FEV toma cuerpo en sendos artículos de Manuel Rodríguez Cárdenas, publicados en Unidad Nacional, y las réplicas de Caldera, publicadas en El Universal.
La UNE establece entre sus finalidades, según la primera de sus actas, las de propender “a la obtención de todas las que deben ser legítimas aspiraciones del estudiantado venezolano, sin distingo de credos políticos ni religiosos”. El núcleo directivo provisional queda integrado por Caldera, Pedro José Lara Peña y Francisco Alfonzo Ravard. “La idea del triunvirato tendrá el claro objeto de vitar en la UNE los peligros del personalismo que los separados habían enrostrado al líder de la FEV, Jóvito Villalba, anota Naudy Suárez (1973), en ensayo donde recoge los documentos de la época.
En El combate político, Sólo para líderes nuevos, volumen publicado en 1966, Rodolfo José Cárdenas describe una segunda promoción de dirigentes – de la que él mismo forma parte -, y en la que se distinguen Daniel Scott Cuervo, Gonzalo García Bustillos, José Luis Zapata Escalona, Eduardo Gómez Tamayo, J.E. Porras Omaña, Miguel Flores Sedek, Ángel Barela Granadillo, Pedro Pablo Aguilar, Hilarión Cardozo, Felipe Montilla, Elio Aponte González, Dagoberto González, José Camacho, Valmore Acevedo Amaya, Pedro Contreras Pulido, Ceferino Medina Castillo, Rafael Andrés Montes de Oca, Orlando Orozco, Luciano Noguera Mora, Germán Briceño Ferrigni, Walter Brandt, Luciano Valero, Leonor Mirabal, Arnoldo Matheus, Rangel Quintero Castañeda, Arístides Beaujon, Enrique Acevedo Berti, Guido Díaz Peña, Edilberto Escalante, Iván Salomón Vergara.
A la que complementa con quienes ingresan entre 1947 y 1955 (José Rafael Zapata Luigi, Alba Yllaramendi, Horacio Moros Ghersi, Antonio Merchán, Carmen de Valera, Luis Alberto Machado, Ezequiel Vivas Terán, Néstor Colmenarez, Carlos Suárez, Gustavo Ramírez Corredor, Alberto Palazzi, Rafael Loreto Loreto, Eduardo Aguilar Gorrondona, Fabio Méndez Moncada, Carlos Leáñez, José Soriano, Enrique Pérez Olivares, Carlos Villaroel).
En la clasificación que hace Rodolfo José Cárdenas encontramos lo que sería la tercera promoción de dirigentes de Copei, aquellos que se suman entre los años 1955 y 1961. Y más tarde, entre 1961 y 1964, el cuantioso grupo desde liceos y universidades.
Sin embargo, por la fecha en que el libro de Rodolfo aparece –1966–, lógicamente queda sin registro el engrosamiento de Copei con líderes que llegan desde otras organizaciones en virtud de los gobiernos en los que fue eje y al calor de las campañas electorales de 1968, 1973 y 1978. Particularmente desde el FDP, el MEP, URD y el FND.
La dilatada jefatura de Caldera, susceptible desde luego a discordantes veredictos, se prolonga hasta 1999, cuando al final de un segundo período en la Presidencia de la República, entrega el gobierno al comandante Hugo Chávez Frías, elegido éste en las votaciones de 1998, después de una campaña de calle que Chávez comienza al salir de la prisión –por sobreseimiento dispensado en 1994–, donde estaba recluido por la rebelión del 4 de febrero de 1992,